Ánimo amiga

Hay momentos que nos encontramos en un callejón sin salida. Pensamos y repensamos las mismas cosas y no encontramos solución.  Pero sé cómo te sentís, lo sé porque estuve y estoy ahí. Momentos de esperanza que son opacados por tropiezos. Tener que aguantar las lágrimas, respirar hondo y sonreír. Tener que sacar fuerzas de donde parece no haber.

Parece que a las mejores personas les toca vivir las cosas más difíciles. Y son esas personas las que más sufren, por el gran corazón que tienen. Son ellas a las que lastiman, por confiar demasiado. Por ver bondad y buenas intenciones en todas las personas, es que muchas veces salen lastimadas. Confiar demasiado y después no poder confiar ni un poco. Decidir cortar por lo sano y después volver a caer.

Creo que lo que no te mata te fortalece. Sufrimos, lloramos, puteamos, nos caemos, creemos que nos vamos a rendir… pero no. No nos rendimos, nos volvemos a levantar. Nos levantamos con la frente en alto y miramos hacia adelante. Con más enseñanzas, con más experiencia, con más fortaleza que ayer. Aprendemos que hay personas que es mejor tenerlas lejos. Que aunque hoy duela, mañana dolerá menos. Que si no nos desprendemos de todo eso que hoy nos hace mal, no podremos ver aquello que nos puede hacer muy bien mañana.

Que muchas de las barreras y obstáculos que ponemos en nuestro camino, son puestos por nosotras mismas. El tiempo pasa, la vida cambia. Pero por momentos sentimos que nosotros estamos iguales. Que quedamos estancados sin poder avanzar. Se repite la misma historia una y otra vez, los mismos problemas. Pero un día inesperado nos despertamos mirando el mundo de otra manera. Vuelve la esperanza a nuestro cuerpo y sentimos que podemos superarlo todo. A veces parece que ese día no va a llegar, pero llega.

La vida trata de eso. De reír, llorar, caernos, levantarnos, equivocarnos, aprender, olvidar, extrañar, confiar, desconfiar, arriesgarnos, temer… la vida se vive a prueba y error. Con cada error vamos dejando atrás un poco más de ingenuidad. Con cada equivocación vamos aprendiendo a levantarnos más rápido y con más fortaleza. Con cada vivencia nos damos cuenta que es lo realmente importante y que no. Quiénes son los que se merecen nuestras lágrimas y quiénes no. 

Así que amiga te digo una cosa. Secate esas lágrimas y mira a tu alrededor. Mostrá esa sonrisa que a tanta gente alegra. Sonreí por todo lo que bueno que tenés, por todo lo que sos. Todo lo que viviste bueno y malo. Todo lo que sufriste y superaste. Todas esas recaídas de las que pudiste levantarte. Prefiero ser una chica con el corazón lleno de cicatrices, que una persona sin corazón. Queda mucho por vivir, muchas más experiencias de las que aprender y muchas personas que van a entrar a nuestro corazón. Algunas van a pasar sólo un rato, pero otras van a llegar para quedarse.
No dudes que una de esas es quién te escribe.

¡Te quiero mucho!

Gigi ♥