En el reino del revés suceden cosas difíciles de entender, cosas inexplicables.
Arriba es abajo, mucho es poco, bueno es malo. Ese reino que parece salido de algún mundo de fantasía, no es tan distinto a la realidad en la que vivimos. En donde las personas más
bondadosas, son las que más sufren. Donde lo más obvio, es lo más difícil
de ver. Donde sonreímos cuando en realidad queremos llorar. Nos fortalecemos
cuando nos encontramos más frágiles que nunca. Donde incluso rodeados de gente, nos sentimos inmensamente solos.
A veces hace falta conseguir todo aquello que pensábamos necesario, para
darnos cuenta que lo elemental está en otra parte. Podemos pasar toda una vida
buscando la felicidad, para al final darnos cuenta que siempre estuvo a nuestro
lado y en nosotros mismos.
Nuestro corazón puede sentir cosas que nuestro cerebro no entiende. Y al
final el corazón gane o pierda, siempre tiene la última palabra. Buscamos lo
que no se puede buscar, sólo encontrar. Forzamos lo que tiene que darse
naturalmente. Nos hacemos preguntas que sabemos no tienen respuesta. Nos
entristecemos por personas que al final del día, no valen la pena.
Las personas más hermosas son las que muchas veces se sienten menos. Y
no hablo de belleza externa, hablo de esa belleza verdadera. Esa belleza que
vence el pasar del tiempo y las vicisitudes de la vida. La vida pone a prueba
día a día a las personas más bondadosas. Con cada prueba uno se vuelve más
agradecido por lo que tiene. Empieza a ver qué es lo realmente importante, qué
es lo que realmente nos tiene que preocupar y quiénes son merecedores de
nuestras lágrimas.
Nuestra propia vida por momentos parece el reino del revés. Todo lo que
alguna vez nos hizo sentir seguros, hoy nos hace cuestionarnos hasta lo más
pequeño. Todo aquello que parecía tan simple, hoy no lo entendemos. Muchas de esas
personas que pensamos que siempre estarían, ya no están a nuestro lado. Quizás
es inevitable sentir ese tambaleo, esa duda que nos acecha y no nos deja
dormir. Pero hay algo que no tenemos que olvidar. El mundo puede ser injusto
por momentos, puede incluso parecerse demasiado al reino del revés. Pero
nosotros podemos superar eso y más. Nuestra esencia y nuestras creencias no
tienen por qué cambiar. Ni por los golpes y tropiezos de la vida, ni porque
alguien nos critique. Si cambiamos, será porque aprendimos. Porque crecimos
como personas, no para satisfacer a alguien más.
Somos los únicos que podemos dar vuelta nuestra vida. Enderezar nuestro
reino del revés. Quizás la vida sea un poco injusta, pero nosotros podemos cada
día ser un poco más justos con nosotros mismos. Permitirnos ser lo que queremos
ser, poner en palabras lo que queremos transmitir, hablar con quién queremos
hablar, besar a quien queremos besar, arriesgarnos cuando queremos intentar,
buscar cuando queremos encontrar, estar dispuestos a recibir cuando queremos
amor, exigir lo que creemos merecer, no quedarnos en el molde… no temer a las
consecuencias.
Propongo que hagamos día a día un poco más justo nuestro reino del
revés. Empecemos por nosotros mismos.
“Somos dueños de nuestro destino. Somos capitanes de nuestra alma.”
“Somos dueños de nuestro destino. Somos capitanes de nuestra alma.”
¡Un abrazo grande!
Gigi ♥
me encantoo !! que lindo leer esto por la mañana
ResponderEliminardan ganas y fuerzas para cambiar todo lo que no este muy bien .
Que lindo lo que decís :)
EliminarMe alegra muchísimo darles ánimo.
Te mando un beso!
Geniaaaaaaal..!!! muy hermosa nota!
ResponderEliminarMuchas gracias ! :)
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